
Niño sobre astillas de madera
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Con pies rotos, descalzo en el pasto,
y una prenda que reluce el hastío,
observa el cielo, con reflejo del sol, con lumbrera de leño.
deseando el hojaldre que engulle con desenfreno.
Sus piernas quebrajándose, cual astilla de madera,
retiemblan, por el peso de la apetencia,
y sus manos, pequeñas y frágiles,
se estiran al vacío, pidiendo sin voz.
Risas ajenas le rodean con burlas y gestos huecos,
mientras sus padres con ecos lejanos,
lo ignoran, perdido en su imaginación.
La madre, sombra tras un umbral,
lo observa sin verlo, sin oír su risa,
sin sentir las astillas, sin sentir la madera
cual amor ostentoso, en los bolsillos de la tierra no ofreciera
¿Por qué el cruel dolor para los infantes?
este niño de magia y palo seco
sigue creyendo en cuentos de hadas, en mariposas aladas
en el abrazo que llegará algún día,
en el amor que espera, como el pan,
El caminar sin sus astillas de madera.
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- Fernando Cabral J.